Persiste la incógnita sobre el futuro inmediato y mediato
de los impresos, cual es tu posición al respecto.
No hay menor interés hoy que hace 50 años por la actualidad
informativa, más bien al contrario. En este marco el futuro del
periodismo debería ser brillante. Pero a diferencia de medio siglo
atrás hay otros medios además del papel que nos obligan
a plantear los nuevos soportes y replantear los viejos.
Creo que la discusión: digital vs papel es incorrecta, deberíamos
plantearnos seriamente la disyuntiva: gratuito vs pago.
La calidad no puede ser gratis. Aceptado esto debemos trabajar
en aprovechar las posibilidades de cada soporte.
Es probable que con productos periodísticos digitales de calidad,
que aprovechen al máximo la inmediatez, la interactividad
y lo visual, el papel se convierta en el soporte de la lectura
en profundidad, de la reflexión. En ese paradigma el papel
no pierde relevancia, toma otro lugar: quizás deba primar
el texto sobre la imagen y probablemente no tengan demasiado
sentido en edición diaria.
Algunos intelectuales del periodismo afirman que el valor
agregado de los periódicos debe ser ¡el periodismo! ¿Coincides?
(Es exactamente la respuesta que di hace algún tiempo en
una entrevista cuando me preguntaron sobre los llamados
'valores añadidos':¡Más periodísmo!. Fue una respuesta
nada meditada, no me di cuenta de lo dicho hasta que la ví
publicada –el periodista la puso como destacado- y me sorprendió!
Me pareció muy acertada. No sabía que otros lo pensaran igual
y mucho menos que yo fuera un intelectual del periodismo!)
Cuando gasto dinero comprando un diario no espero que me den
información o una sartén. Los medios hacemos buen negocio
con las sartenes y creo que no es un tema menor: generar ingresos
asegura la independencia informativa, pero también creo que
debemos regresar un tiempo donde el primer fin del periodismo
-o al menos el inmediato- no era hacer dinero.
En cuanto a la información nunca cómo ahora habíamos podido
disponer de tanta, de forma tan rápida y de todo tipo, y ¡gratis!.
Pero información en bruto no es periodismo.
Como lector que paga por un producto informativo espero que
me ofrezcan periodismo, y esto no es el trascripción del comunicado
de un político o el balance de una empresa. Me refiero a apuestas,
investigaciones en profundidad, fuentes fiables y chequeadas,
una meditada elección del género a usar, con análisis y opiniones
de reconocidas firmas que me ayuden comprender mejor las
realidades del complejo mundo en el que vivimos. Todo ello
realizado con una incuestionable ética e independencia.
Un periodismo entendido así es caro de hacer y puede que
no sea muy buen modelo de negocio, pero entendido de otro
modo creo que desaparecerá y las sartenes habrán resultado
un modelo de negocio desastroso.
En la octava edición de la Cumbre tu participas como ponente,
cual será el tema que abordaras.
Procurare explicar la línea de pensamiento que rige mí trabajo
en los últimos años. Una línea que tiene al lector como centro,
pero que ignora quien es este. 'El lector' es un ente que no existe
y, en consecuencia, los medios terminan hablando casi siempre
de generalidades. Yo me tomo a mi mismo como punto de partida:
yo soy un lector, de hecho soy el único lector posible, el único
que conozco. Aunque es muy posible que sea un lector minoritario,
la experiencia me indica que somos suficientes para que las temáticas
que trato y el modo en que lo hago tengan un espacio.
Mi trabajo mas reciente hace trabajar ‘lo visual’ como contenido.
No es el contenedor de una temática, es contenido en si mismo,
no colabora con el texto, las fotos o los datos, de hecho, los utiliza
para invitar al ‘lector’ a la reflexión.
Sobre el periodismo militante en política, es valido, y si lo
es como debe plantearse al lector.
En mi concepción de organización social la política es imprescindible
y mi concepción de lo que es política es inherente al individuo
y, por tanto al periodismo ¿no es la elección de un tema determinado,
o la redacción de un titular concreto, un acto político? La tendencia
política concreta de un medio se puede apreciar en el transcurso
de todas las páginas, no solo en su editorial.
Al considerar este hecho como inevitable soy partidario de que
los medios olviden la panacea de la objetividad y tomen partido
abiertamente por una opción, si no en general si, al menos, en
temáticas puntuales que afecten al ciudadano. De hecho los lectores
sabemos que ideario político tienen nuestros medios aunque
estos no lo manifiesten.
En el orden actual de las cosas, con un mundo cada vez más pequeño
y en la actual crisis económica, el poder político se hace más necesario
que nunca como regulador de valores, casi todos vinculados
de algún modo a la economía.
El periodismo tiene un deber ciudadano en ese sentido. Un deber
histórico, de observancia de las buenas practicas, pero sólo se puede
hacer desde la conducta ética intachable. Los medios, en general
mantienen una actitud correcta frente a casos notables de corrupción,
pero debe extremar su conducta hasta los detalles menores: no se
debe asistir a una rueda de prensa de un político que no admite
preguntas, o acompañar a un político en viaje diplomático con
el pasaje pagado por este. Debemos mantenernos al margen de
cualquier conducta que pueda condicionar nuestra opinión, pues
esta se vera reflejada en la cobertura que realicemos.